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jueves, mayo 06, 2010

Inercia

Me sobrepasa a veces la fuerza que tiene la inercia de los objetos. Todo tiene una energía potencial que los hace moverse aún cuando nadie ni ninguna fuerza actúa sobre ellos. Giramos todos en órbitas desconocidas que se mueven contastemente entre la tierra y el cielo.

Es por eso que nunca he creído eso que dicen que "Si nada haces, nada pasa".

Es falso, es mentira…

Si uno no hace nada, la vida sigue su curso, obedece a su inercia. Inercia que puede ser llamada destino, libre albedrío o simple caos. Es más que, si nada haces, te abandonas a la suerte de los acontecimientos y perderás el control, ese que nunca tuvimos, ese que nunca volveremos a tener. Porque si no hacemos nada, al pasar los segundos ya somos unos segundos más viejos, si no hacemos nada, la inercia de los cuerpos sigue actuando hasta que una nueva fuerza los haga cambiar de curso.

Si no haces nada muchas cosas siguen pasando, recuerda que omitir también es considerado pecado.

martes, octubre 02, 2007

Espacio Vacío

A veces logro mirar dentro y está todo oscuro. El aroma a humedad añeja colma los rincones y la luz, aunque entra en éstas cavidades parece no desplazar estas oscuridades. Pregunto si hay alguien pero me responde un mojado eco. No hay nada, está vacío.

Sé que está ahí y está así como te lo cuento, pero no puedo evitar mirar dentro una y otra vez. Espero con una tonta esperanza (con el único tipo de esperanza que existe) de encontrar que la luz a sometido a la oscuridad y que en ese vacío se ha llenado del aroma de la cotidianidad, ese aroma que no huele a casi nada, sólo a gente que entra y sale, que llega y saluda.

Pero siempre me vuelvo encontrar ese vacío y no tengo idea de cómo llenarlo, de cómo darle vida a ese espacio que por tanto tiempo ha estado vacío. Pero siempre me encuentro con ese vacío de cuadro negro, cuando cierro los ojos y respiro.

jueves, septiembre 20, 2007

Amor por la carne

Sauce Prometeo

Al responder una pregunta del meme “El Encuestador” en el pasado blog muchos quedaron cachudos con la respuesta de que yo “No confío en las personas que no comen carne”.

O sea, no se ha formado polémica ni nada de eso, pero me lo han preguntado y cuando me preguntan algo yo lo respondo.

La frase simplemente trata de figurar mi amor por la carne y nada más. Si tú no comes carne, allá tú, pero yo no creo que, ni temprano ni tarde, me vuelva vegetariano.

Si encuentro, y sin ánimos de prejuzgar y en un análisis muy superficial, que no es natural no comer carne, siendo el hombre un omnívoro, no veo que tenga de malo el comer carne. Por supuesto, como en cada cosa, la clave es mantener el equilibrio, el exceso consumo de carne no lo encuentro muy sano – como encuentro para nada saludable todos los excesos: excesos de alcohol, excesos de velocidad, exceso de confianza, exceso de timidez, exceso de excesos – de ahí que me incline más por una “dieta balanceada” aún que no la practique.

Y por lo mismo, el exceso de falta de carne también lo veo como algo no saludable (aunque sé que la proteínas encontradas en la carne uno las puede recibir de otros productos) pero como abstenerse del exquisito sabor de la carne, ojalá acompañada con palta, tomate, lechuga, kétchup y un poco de mayonesa (para mantener la buena salud). Mi amor por la carne es tanto que, en ciertas ocasiones, he experimentado una especie síndrome de abstinencia de la carne, el cuerpo me ha pedido carne y aunque me sorprende admitirlo, ha sucedido y por un par de días sin ingerir ni una pizca de carne.

Ahora, que mi amor por la carne me haga perderles la fe a los individuos que no la ingieran, pues eso está muy lejos de ser verdad. Espero tratar a todas las personas con el mismo respeto por la sencilla razón de que sean personas, pero no voy a perder ese respeto por el hecho de que no seas fan del lomo a lo pobre o la chorrillana. Ahora, si una persona es vegetariana y además es una mierda de persona, mi falta de confianza a ella difícilmente se trate por la falta de carne en sus comidas.

En este blog sois bienvenidos todos. Ahora, si llegas con algo de carne, pues te costará entonces irte…

martes, agosto 21, 2007

Niño interior

Hasta hace unos segundos me sentía orgulloso de sentirme aún como un niño. Pero ahora que lo pienso algo más detenidamente debo decir que si teniendo 25 me siento como un quinceañero, ¿eso quiere decir que los últimos 10 años de mi vida han sido en vano?

¿Qué no he aprendido nada? ¿Qué no he crecido? ¿Que sigo con las misma carencia de conocimiento?

Que teniendo 25 ando por la vida como quinceañero, eso querrá decir que ¿estaré respondiendo a los desafíos de la vida como lo hice hace 10 años?

Puta, si es así no me gusta nada sentirme un quinceañero. Entonces ¿Con que cara le hablo con tanta propiedad a mis congéneres, como trato de hablar del correcto andar de la vida si he perdido 10 años de sabiduría?

Viéndolo así prefiero mil veces tener 25 y sentirme de 50.

Vivir tanto sin aprender nada me parece un fracaso.

Prefiero saber que me costó 10 años aprender la sencilla verdad de que me queda mucho por aprender…

Claro... me siento orgulloso de que me quede algún rastro de inocencia, de que confío en las personas, que sueño con un mundo mejor... Pero vamos... ingenuidad no tiene nada que ver con ignorancia.

Puta, me dolió la cabeza

sábado, agosto 18, 2007

Imagen residual

Internet (y sus aplicaciones) han inculcado cambios de hábitos dentro de nuestra forma de relacionarnos con la gente ya que es un mundo donde tenemos completo control de cómo queremos ser vistos por la demás gente.

La elección de un avatar, saber que fotografías publicar y cuales no te permiten controlar lo que ven tus amigos internautas y formarse una primera impresión, la cual esta supeditada a tu orden y consentimiento.

¿Estoy diciendo que todos somos mentirosos? Bueno, Gregory House diría que todos mentimos independientemente del ambiente y que por sobre todo mentimos en internet. Pero mi inquietud va por otro lado.

En Matrix, Morfeo le explica a Neo que cuando está en el programa de simulación los conectores de sus brazos y de su espalda han desaparecido; tiene cabello y diferente ropa. Le explica que eso es lo que ellos llaman una “imagen residual”, es como Neo se ve a si mismo, no como realmente es.

Y eso mismo sucede en internet, nosotros ponemos a disposición de todos la imagen de cómo nos vemos a si mismos, de nuestra imagen residual.

¿El motivo?

A veces parece tan sencillo que es muy complicado: llamar la atención, aceptación, pertenencia, comunicar todo lo que no se puede decir en palabras.

Tal vez por lo mismo uno a veces queda sorprendido lo mucho que llama la atención un cuadrito de 48px X 48px en Twitter. A mi me hace preguntarme si es porque he estado mucho tiempo soltero o simplemente es que ellas tienen una muy buena imagen residual de si mismas, eso si necesitará un estudio totalmente separado.

miércoles, agosto 15, 2007

El fantasma de canterville

Estoy atragantado.

Tengo algo que se ha asentado en la boca del estómago. Pero como esa boca no tiene lengua, no he podido hablar para dejarlo salir.

Aún no me he podido sentar y hablarle a un oído atento… no he encontrado uno por estos lados…

Siempre está el blog… pero siento que no es lo mismo…

Además que lo que me acongoja es bastante trivial, si que ya me imagino que respuestas tendría… pero es que lo que necesito no es respuestas… es un oído…

Sé que me arrepentiré de haber escrito esto, pero necesitaba sacarlo… al menos de mi mente.

martes, julio 10, 2007

Alguien te está mirando (o lo hará)

Cada vez que vemos el cielo estamos viendo al pasado.

Claro, porque la luz de las estrellas están a millones de años luz que su brillo, al llegar a nuestros ojos, ya han viajado muchas horas, días y años. Incluso es posible que cuando veamos una estrella hoy, tal vez ya no exista y nos enteremos de su muerte de hoy, en algunos años más.

Así era la información antiguamente. Se demoraba mucho en llegar a nosotros, por lo cual cuando estaba en nuestras manos ya no era información útil o actualizada.

Hoy con los nuevos sistemas, podemos estar actualizados en tiempo real (la mayoría de las vceces). Esta interconexión ya está siendo explotada por los medios tradicionales (como Reuters o la BBC) donde piden la colaboración de sus lectores para subir imágenes capturadas desde un celular en el mismo lugar donde está ocurriendo la noticia.

Si a esta interconexión de información y medios casi instantánea le sumamos que cada mortal o tiene una cámara digital o posee un celular equipado que este equipamiento, cada uno se vuelve un cronista de nuestra realidad y puede hacerle saber como es el mundo a través de su lente.

Lo que me lleva a la reflexión de que antes carretear era más seguro. Podías hacer el ridículo y aguantar un par de días las bromas y tallas de tus amigos sobre tu espectáculo total, luego de unos días y como diría Thom York: “La gente olvida tan fácil”.

Extraño esos tiempos en los cuales podías salirte con la tuya en algunos casos y dejar que el tiempo borrara cualquier rastro de los actos que te produjeran vergüenza. Ahora debo estar haciéndole guardia a varios fotologs para ver si aparezco en alguna foto comprometedora.

El de la foto, no soy yo.

miércoles, julio 04, 2007

Coqueteando en la fila

Luego de pasar un tiempo siento que ya no estoy para conocer a mi mujer en una fiesta o un pub, bailando, medio borracho, medio pa la cola.

Siempre he tenido la fantasía de encontrarme, de conocer a alguien en cualquier lugar que no sea con luces apagadas, música estridente, alcohol y cigarro.

Me paso rollos en conocer a alguien en los paraderos de micros, en la biblioteca de mi instituto (o en un centro ajeno), en un negocio…

Pero hoy aluciné con el lugar más coqueto para poder conocer a alguien: Las filas. Acá las filas al final de mes en bancos y puntos de pago se hacen larguísimas. Y para aprovechar el espacio estás filas dibujan una culebra que va y viene haciendo encontrarse una y otra vez de frente los que van con los que vienen.

Creo que es una de la mejor oportunidad para acercarte a alguien que te llame la atención.

Haciéndole un análisis FODA sería:

Oportunidades:
  1. Tienes asegurado que ella no se va a ir hasta que realice su trámite.
  2. El aburrimiento de hacer una fila es uno de tus mejores aliados, ella estará más dispuesta a la conversación.
  3. Tienes la posibilidad de tener más de un intento. De nuevo, ella no se va a ir.
Amenazas
  1. Como tú, pueden haber otros.
  2. El aburrimiento puede poner a la defensiva a la “objeto de tu afecto”.
  3. En la espera de que la fila avance, el atractivo que hayas construido en ella puede menguar.

Las Fortalezas y Debilidades son inherentes a ti…

Las mías Grandilocuencia y extraña timidez, respectivamente.

lunes, junio 25, 2007

Disipándose

Me encanta la tecnología, me encanta el concepto 2.0 desde hace tiempo. Cuando salí del colegio soñaba con una internet que me dejara hacer todas las cosas que ya puedo hacer con el paradigma vivo de la web 2.0 y las redes sociales.

Me encontré reflejado en conceptos como “Código Abierto”, “Compartir para incentivar la creatividad”, “El conocimiento le pertenece al mundo”.

Luego un profesor, que la lleva y tiene toda admiración y respeto inculcó en mi Gullivera el concepto de “disipación” intrínseco en el humano, condición con la cual el humano debe batallar a cada segundo porque no es natural para el humano aprender, trabajar, esforzarse... no es natural del punto de vista de la entropía.

Bueno, eso justo estoy sintiendo, que entre esta nueva nube (como se le dice a la internet en algunos textos de software) me estoy disipando. Estoy como algo perdido... como lo dice el título de este blog.

Disipación. tengo 130 feed en bloglines que estoy seguro, no es la más alta cifra de feeds que alguien visita diariamente, pero no es el número que me abruma, es el hecho de no poder dedicarle el tiempo a crear esa comunidad que siempre se anda buscando, que siempre he ido buscando.

Tengo 4 blogs y el único que actualizo con frecuencia es El podcast de las preguntas, que si no fuera por mi hermano Carlos, no creo que lo actualizaría tan seguido.

Disipación. Talvez deba hacer una reingeniería (como diría mi yo programador), un replanteamiento de Objetivos (como diría mi yo diseñador) o "mientras toquemos un cóver" (como diría mi yo músico) y volver a darle un buen cause a esta energía que se me está agotando.

Y va a sonar raro, pero no me gusta visitar este blog y ver la misma entrada que escribí hace semanas aún esperando que alguien la releve. Al igual en el blog de Sauce o what ever...

No sé... hoy estoy algo meláncohólico o me dejó chato la prueba de PL/SQL y estoy cansado... siempre que estoy cansado me da por llorar la carta...

Pero como decía el poeta Ricardo Montaner:

Déjame llorar...

martes, junio 19, 2007

Besos

¿Cuál fue la última vez que fuiste besada decentemente? ¿Me refiero a cuando fue que te besaron, realmente bien?

Eso le pregunta Guy Patterson a Faye Dolan al final de la película That Thing You Do!

Y si, yo me lo pregunto ahora.

Es verdad que lo recuerdo, pero olvidé como se sentía eso. “Como todo no más” me diría mi hermano, pero debo decir que me gustaría recordarlo en algún momento que no sea tan lejano.

Ahora no sé si debo decir que he besado o me han besado, no sé cuál en verdad se aplica, pero lo que sé que si es cierto es que hay bocas que parecen estar hechas para las nuestras.

Recuerdo a algunas niñas que besé que ni siquiera quise o amé pero casi me hacen caer de espaldas con sus bocas. Y otras que a pesar de todo el sentimiento que había, con dificultad me llevaban a otra parte con sus labios.

Es que acá el ritmo y sincronía lo son todos, o tal vez no… en verdad para estas cosas no hay recetas (igual para todo lo demás relacionado con el tema) pero las bocas que mejor recuerdo tenían una sincronía pero de otro mundo… respondían a mis fintas y ellas respondían con improvisados movimientos. Otras besaban como si estuviesen en la duda: “Te beso, mejor que no. Mejor si, no…” y ese beso fue genial.

Estoy seguro que entre más lo piense y más idealice a esa boca, menos posibilidades tendré de encontrarla, porque la mejor boca para besarme estará en mis sueños y no en alguna chiquilla que no sepa amar.

Pero puta que es rico besar.

Les dejo un tema mío que habla un poco de eso... de seguir ideales que nunca encontrarás, por ser exactamente eso: ideales.


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lunes, junio 04, 2007

Una llamada intrigante

Hace algunas horas recibí una de las llamadas más raras, entretenidas y desconcertantes de mi vida.

Una chica sin identificar me cantó el cumpleaños feliz atrasado y colgó sin dejar una identificación para encontrarla.

Me recordó tiempos del liceo cuando uno dejaba la nota anónima en el banco de la compañera, un mensaje escrito en la mesa o el papel escondido en su mochila y uno se escondía y veía la reacción de la incauta compañera. Una gran dosis de adrenalina, una excelente sensación.

O el viejo truco de llamar por teléfono y hacer sonar una canción que dijera de mejor manera lo que uno intentaba decir.

Escribí notas anónimas y las recibí, llamé por teléfono y colgue... y puta que era entretenido.

Durante estas horas me he entretenido demasiado urdiendo teorías de quien fue o quien no fue la que me llamó y cortó sin decir ni nombre ni seña.

Puede ser mi pasado o mi más reciente presente. Sea quien sea, gracias por las horas de emoción...

Jajaja..

tu... tu... tu... tu... clok!

miércoles, mayo 30, 2007

Aferrado a una cintura

Desde el fin de semana pasado que estoy pegado con el concepto “cintura”. Claro, no cualquier cintura, si no la cintura de una mujer, de la mujer, no importando quien sea esta.

No sé por qué, pero luego de mi tocata este pensamiento se me viene una y otra vez a la cabeza. Incluso, he soñado que he estado en peligro de muerte y que me he salvado simplemente aferrándome a una cintura femenina.

Como que la onda va en todo lo que encierra (al menos para mi) ese trozo de anatomía humana, porque la cintura por si sola no es atractiva ni llama la atención, si no su repercusión en otras partes de la mujer: caderas, vientre, tórax, espalda. Por que, en verdad, la cintura no existe, son sólo trozos de otras partes a la cual llamamos cintura.

Y entonces ¿Por qué diablos me he, casi, obsesionado con la idea?

Tal vez, luego de la tocata me hizo falta una de estas para aferrárme a ella, o simplemente me siguen fascinando las mujeres y una de las cosas que me fascinan (además de que sean ñoñitas, la inteligencia de algunas y el pelo el cual tendrá su propio post si sigo así) es la cintura.

No sé… tenía que escribir algo de esto a ver si esta sensación mengüaba un poco, pero ahora que lo pienso, al terminar estas palabras, tengo mucho más ganas de abrazar una cintura ahora que antes.

Gajes del oficio

martes, mayo 01, 2007

Soy la ansiedad de Jack

En la vastedad del paisaje que somos cada uno, hay un hombre en mi propio paisaje que camina sin apuros hacia un atardecer tranquilo y somnoliento.

Dentro de mi mente este hombre se ve como me quiero ver y actúa como quisiera actuar. A estas horas termina un crucigrama que encontró abandonado en el asiento vacío del metro en que viajó esta mañana y que no le dio vergüenza recoger. Él conoce muy bien la televisión pero no necesita verla para hacer de su semana una buena semana y calmar sus ansias, porque este hombre que recorre los rincones de mi imaginación no tiene ansias de nada y nada lo pone ansioso. Fuma porque le da placer no por querer ahogar un vacío en su estómago, que crece mientras imagino a ese hombre en mi mente mirándome sin entender…

Este hombre no tiene donde ir, pero siempre está ocupado. No hace nada, pero todo lo logra y no lleva consigo un peso en sus bolsillos… no, porque de eso me encargo yo. Este hombre corre largas distancias, suda pero no se cansa. Leer un libro le es suficiente para hacerse erudito, escuchar una melodía lo emociona y no teme liberar sus lágrimas… y luego de mojarse las mejillas sonríe y sigue caminando.

Me cae muy bien este tipo, a pesar de que se ve como me quiero ver, actúa como quisiera obrar y es como yo quisiera ser. Si conversáramos, creo que sería una de esas conversaciones fascinantes y aprendería demasiado de él. Este hombre que mira al horizonte sin buscar nada podría convertirse en el maestro que siempre he estado buscando…

Pero no puedo acercarme a él.

Como ya dije, el es lo que no soy y por lo mismo, me da demasiada vergüenza acercarme, me parece demasiado intimidante.

miércoles, abril 25, 2007

Tolerantes intolerantes...

Si, si sé…

Cansa, desgasta, incluso toma lo mejor de uno el “Factor humano”: las estupideces que nos hacen ser más concientes de nuestra humanidad, de nuestra imperfección.

Toda violencia, pasiva o activa, gatillada por el miedo a lo desconocido, por la ignorancia o por la capacidad de cerrar los ojos y negarse a ver que todo es muy sencillo, la vida es sencilla… somos nosotros los complicados.

Pero también asquea el discurso del “Tolerante” que no tolera a los intolerantes…

Jesús dijo que siempre sería fácil amar a los que nos aman, pero que difícil es amar a nuestros enemigos… Y ahí radica la victoria de le perfectibilidad del hombre contra su imperfecta esencia: amar lo que cuesta amar, perdonar a quien no te ha hecho un bien…

Lao Tse lo dijo en el arte de la guerra: No se requiere mucha fuerza para levantar un cabello, no es necesario tener una vista aguda para poder ver el sol y la luna, no hay triunfo, no hay victoria en eso.

Por esa misma imperfección fue que me costó tanto entender la historia del hijo pródigo: hubo un hijo que se perdió y regresó y eso es razón suficiente de júbilo. Gracias a la perdida hubo reencuentro. El otro hijo no tuvo una fiesta puesto que conoció el buen camino mucho antes… ese hecho es celebración suficiente.

Pero leo que te duele ciertas cosas y lo comprendo…

Me cuentas todo lo que te hiere y te detiene.

Me cuentas que te niegan, te apuntan.

Y tu tolerancia se quiebra y comienzas a insultar de la misma manera que ellos te insultan a ti…

En esos momentos te invito a que veas la verdad, la insufrible verdad, y te compadezcas de los ignorantes que, como tú, no tuvieron al padre cerca para que los guiará y les enseñara; que te des cuenta que ellos están perdidos y los insultos y desaires que te lanzan son su forma de hablar y por en cima de todo que recuerdes que ese no es tu idioma, por lo cual no debes ensuciar tu boca con esas palabras, aunque sientas que no tienes salida, aunque te sientas acorralado…

Si no puedes sonreírles de vuelta, no lo hagas. Si no puedes disculparlos, no lo hagas. Sólo recuerda que eres más afortunado porque tu has podido ver más… y ellos, algún día sabrán que estuvieron equivocados… pero su tiempo vendrá a su tiempo.

Se un humano más cercano a la perfección… y no desciendas a sus oscuridades…

Cuando te sientas como te sentiste hoy, en vez de enumerar todo lo que ellos tienen en error, enumera mejor todo lo que te hace ser una persona maravillosa…

No te envuelvas en sus ropas, mejor deja que brille tu escencia…

Y volverás a ser el ser tolerante que dices ser, que incluso tolera a los intolerantes.

jueves, abril 12, 2007

Amantes adolescentes

Me gusta la actividad que ocurre en los paraderos de micro de mi hermoso Valparaíso. Distinta gente, distintos destinos y un mismo lugar.

Se pueden diferenciar quién es quién: Escolar (obvio), universitario, vendedora, de seguros, de chicles, etc.

Hay muchos los cuales dan abrigo a los amantes adolescentes que se encuentran a la salida de sus colegios. No me causan mucha impresión los del mismo colegio, es más, me produce una grata sorpresa ver a una niña del Lourdes de la mano de un Salesiano o de un Liceano viril muchacho con una del Sagrado Corazón. Siempre me pregunto: ¿Donde diablos se conocieron? Pero bueno…

A lo que va este post es a la libertad que poseen estos amantes adolescentes. No hablo de las hormonas vueltas locas o la calentura característica de mis congéneres más jóvenes, si no que la libertad que provee la envoltura de esta invisible burbuja que les protegen. Pueden pasar de un ardiente beso al último cahüin del curso (Que la Vale le dijo a la Rocío que A-ha, y ella dijo que no, pero le respondió que Oye!) y volver a besarse y babearse, pero no de una manera morbosa, si no de compromiso, de que el mundo se detiene, que el mundo se acaba y hay que besarse porque es lo última que queda por hacer.

Diferente es ver a dos universitarios besarse y atracar en público, es algo más explicito, ¿verdad?, en cambio, si bien estos mozuelos y jovencitas se refriegan de forma cadenciosa hay algo en ellos que no me evocan nada más que algo de envidia y ternura de verlos tan juntos, tan solos en medio de la gente.

Son ellos dos, entre la multitud, en un beso.

Recuerdo esos tiempos y no me cuesta sonreír.

domingo, marzo 25, 2007

Gente figura y fondo

Foto: Alejandro

Me gustaría que escribiera, aunque entiendo que aunque busque no habría razón para hacerlo. Aunque igual sé que cualquier excusa, cuando se busca se encuentra, siento que hay muy pocas posibilidades de que se tome la molestia. Pero aún así me gustaría que escribiera.

Todos los días gente participa activamente en construirte un fondo para tu vida, un fondo para sostener la acción recurrente de tu espacio. Personas se mimetizan con los decorados de las ciudades que contiene a otra gente siendo forma y fondo de gente que es forma y fondo de alguien más.

Todos somos extras en la vida de todos.

Así como los fondos del Condorito, tras el chiste, pasan desapercibidos, siendo el sostén de la talla y la risa, pero nunca siendo protagonista del mensaje. Pero a veces, Pepo nos sorprendía con un fondo vivo, un fondo participativo, un fondo que luego se vuelve protagonista.

Frases como: “Tome Pin y haga Pum!”, “Jabón Popito: Saca la mancha y deja el hoyito” fueron fondos que lograron ponerse en primer plano en las viñetas del criollo pajarraco que alegró tantas tardes de mi infancia.

Y así a veces pasa con la gente.

A veces miras y sólo ves gente, hasta que hay un mensaje que te deja intrigado y recorres de nuevo el paisaje para volver a encontrarlo.

Así le pasa a la gente que es forma con gente que de un momento a otro deja de ser fondo.

Así me pasó con ella.

Dejó de ser parte de la gente para convertirse en “ella”, su figura hizo de mi figura, una figura curiosa de la de ella, me hizo acercarme sin preparación ni ensayo, en un intento débil de dejar de ser gente para ella y volverme forma.

En el MundoReal® no soy muy rápido con las ideas o palabras, pero estoy seguro que que mi intento de dejar de ser gente para volverme en “yo” o mejor dicho “él” para ella fue fútil.

Creo que al alejarme de ella, después de darle alguna seña, me volví a convertir en gente, de esa que se pierde caminando en el fondo de la escena.

Pero aún así me gustaría que me escribiera.

domingo, marzo 04, 2007

Patrones en el amor.

Si te enamoraste una vez, ¿la siguiente vez que te enamores será de la misma persona o de una completamente diferente?

Siempre me he preguntado eso. Si mi primer amor fue de una de ciertas características, ¿la mujer que le siga será parecida a ella?

Si le pego una pequeña mirada al pasado, puedo encontrar varias concordancias a las mujeres que he tenido la fortuna de conocer y amar. Todas comparten ciertos atributos físicos y psicológicos, todas tienen ciertas características que las hacen diferentes unas de otras, pero no puedo obviar las numerosas equivalencias que estas mujeres comparten.

Por eso me pregunto, ¿Nos enamoraremos siempre de la misma persona que corresponden a un arquetipo único?

Sólo sé que me gustan un cierto tipo de mujeres y otro tipo de mujeres me incómoda bastante. Entonces sé que puedo predecir como NO será la siguiente mujer que me cautive.

¿Acaso será la suma de todas las partes o el siguiente elemento en una sucesión?

Ojalá no sea así. Ojalá que la siguiente mujer que me interese no responda a esos esquemas (sin romper ciertos principios), pero no me deja de infundir miedo el hecho de buscar en otras personas la misma imagen que ya no logré encontrar.

viernes, marzo 02, 2007

Foto Carnet (003)

I - II - III - IV
III – Tres – III

Remendaba mi herida como si estuviera escribiendo su nombre mientras hablaba de la economía mundial. No por nada el Sebastián era uno de los más destacados internos de cirugía del Hospital Eduardo Pereira, claro que en vez de estar escribiendo su nombre en algún papel, estaba cociendo dos pedazos sueltos de mi mano derecha y en vez de hablar de la economía mundial me estaba retando y casi gritando me decía:

Pero como diablos te robas una foto carnet de una mina que ni cachai’ rompiendo el cuadro del negocio de fotos de no sé donde chucha.

Era increíble que el Seba, aquél que lloró como niña cuando su polola lo pateó por “no tener futuro” respondiera como si nada cada vez que alguien entraba a la sala de procedimientos ambulatorios y le llamaba simple y llanamente “Doctor”.

A pesar de que me estaba regañando por no entender la estupidez que ni siquiera yo entendía haber hecho, no podía dejar de mirarlo con orgullo, acá estaba el niño que me decía que sin la Lucila, no sería nada, ni nadie, arreglando mi mano como si estuviese armando un cubo Rubick.

Pero bueno, no pude escaparme de su exigencia de una explicación.

Ese día que fui a buscar la licencia, pasé por el quisco, pero estaba cerrado. No pude ver a Daniela, a esa Daniela inanimada en la foto de fondo azul.

Sé que suena bien raro, pero me había hecho un montón de ilusiones de verla a ella, ver su foto en ese día. Volví a casa derrotado.

San Google no me dijo nada sobre ella. Al menos sé que no tiene un blog o llama la atención en la U o instituto, si es que estudia. No hay nada en la red que me diga quien es ella.

Si que no pude evitarlo.

Al día siguiente volví a la oficina de tránsito, sin razón que verla. No recuerdo que excusa le di a mi vieja pero logré sacar el auto y llegar al edificio.

Y me senté frente a Daniela, frente a la foto de Daniela por horas. La mire y la volví a mirar. A veces miraba las otras fotos, fantaseando que el tipo con bigotes tal vez sería su padre y que el hermano era el flacucho que estaba más abajo. Luego volvía a su rostro, a su foto.

Y me preocupé al intuir que mañana iba a volver a sentarme y ver su foto. Luego irme al cerrar la tienda, esperar la mitad de un día y luego volver temprano a verla de nuevo. ¿Y qué tal se un día ella no estaba? ¿Si la foto ya no estuviera en el cuadro? ¿Qué tal si un día el quisco cambia de dueño? ¿O si se perdiese el cuadro? ¿O simplemente, justo cuando yo no estaba, ella llegase y reclamase su foto?

Si eso, alguna de esas cosas llegaran a pasar, no sabría que hacer. Me inundó un sentimiento de desesperación, de no saber que hacer cuando uno debe saber que hacer. No podía dejar al azar esa fotografía, simplemente no podía.

De repente sonó una voz a lo lejos que llamaba: “Número 72”. Era el último cliente ya que era la hora de cerrar. Sin saber qué ni cuando ni dónde, me dije: Ahora es tiempo, ahora es la oportunidad. Mi mente andaba como siempre, pero era como si me desdoblara. Mientras me veía levantarme del asiento mi otro yo me gritaba: “Que mierda estás haciendo”, mientras lo mandaba a callar con rabia.

Ni si quiera me dolió mientras mi puño se hundía en el vidrio. Sólo estaba conciente en alargar mis dedos y tomar la foto, para no perderla, para no perderla de vista nunca.

Corrí.

Algunos se asomaron, otros siguieron trabajando. El encargado del quiosco sólo quedó con una gran expresión de no entender nada.

Bajé las escaleras y me sentía el hombre más rápido del mundo, uno invencible, uno que no puede ser destruido y llevaba la fuente de mi poder entre los dedos, Daniela se escondía entre mis dedos.

Nadie me siguió al dar vuelta en la esquina. Dejé de correr. Con naturalidad me subí al auto para estar tranquilo mientras admiraba la foto que acababa de robar. Ahí me dí cuenta, ahí empecé a sentir el dolor. Mi mano derecha sangraba y ensuciaba el papel fotográfico que encerraba el rostro de Daniela, ahora, mi Daniela en una foto.

Y no se me ocurrió mejor cosa que ir donde el Seba, al hospital.

El Seba, hombre muy lógico y razonable, no entendía que diantres había pasado. Yo menos, pero ahora tenía la foto de Daniela, yo ahora cuidaba el destino de su foto.

Luego del sermón donde utilizó palabras como irresponsabilidad, locura, depresión, psicosis y otras cosas más a las cuales no les puse mucha atención decidió ver la foto. Y para cortar un poco la tensión y pensar claro exclamó:

Ni si quiera es TAN rica.

Yo sonreí mientras volvía a tomar la foto, como limpiándola. Seba suspiró como avisando que lo que venía me lo decía en serio, muy en serio sin dejar de curarme la mano.

Viejo, hemos sido amigos mucho tiempo. Me he reído mucho con tus locuras y con tus cosas raras, porque eran para la risa. Siempre he admirado como no te importa nada, sólo haces lo que sientes que debes hacer y eso es muy loable, pero esto no es nada para la risa. Esto es raro, bordeando la locura, patológicamente hablando.

Olvídate de esta wea de foto. Vuelve a trabajar, vuelve a hacer lo que hacías antes. Deja de encerrarte en tu casa que te está haciendo mal.

Dejé el hospital con una mano prolijamente vendada, un par de analgésicos de contrabando y la foto de Daniela bien escondida.

En algún nivel entendía que el Seba tenía razón, que esto era una locura, que andar tras una foto ES una locura.

Si que para disminuir el nivel de locura, debo encontrar a Daniela Tricot.

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viernes, febrero 23, 2007

Foto Carnet (002)

I - II - III - IV
II – Dos – II

Me dormí con la imagen en la mente.

El día fue normal. Imagínense a un cesante sin ganas de dejar de serlo, imagínense el día de ese cesante. Bueno, así fue mi día.

Regresé al día siguiente a recoger mi documento a las 16.00 Hrs.

Uno se encuentra con gente en los lugares más inesperados, pero en verdad no me interesa relatar esos hechos. Aunque mientras más lo pienso, más enfermo lo encuentro: tuve que ir a ver de nuevo la fotografía de esa mujer al quisco de fotos.

Claro, tenía que ir. Fue lo último en que pensé anoche y mientras desayunaba comencé a divagar que vida llevaría Daniela. Que tenía cara de ser hermana menor, lo cual me hacía pensar que era la hermana mayor. Por una extraña razón, las hermanas mayores de hombres siempre parecen ser las hermanas menores, no así las hermanas mayores de hermanas que si parecen ser las hermanas mayores.

Mientras imaginaba la vida de esta desconocida imagen no sorteaba entre opciones la que podría ser más correcta. Simplemente las ideas se me aparecían en la mente, así de simple, como hechos: Es la hermana mayor de un hermano cargante, pero simpático. Vive con sus padres, no le teme a la tecnología aunque no se mete mucho con eso ya que es más proclive a lo natural y artesa. No se molesta con facilidad pues que la vida con su hermano ha curtido su paciencia.

No se hace más preguntas de lo necesario y a una primera vista aparenta ser una mujer superficial, pero no es así ya que simplemente no se hace problemas con nada que no valga la pena.

Mientras construía el perfil de la mujer de la fotografía raramente mi madre advierte que mi cuerpo está en la mesa pero mi mente se ha ido a otro lugar.

  • ¿Ya sacaste la licencia?

Le explico que debo ir esta tarde y trato de conversarle un poco, pero me distrae el pensamiento de que hoy veré a la fotografía de esa mujer y no puedo dejar de hacer una mueca de desagrado al darme cuenta lo extraño que sonó eso.

  • ¿Luego vas a ir a Viña, donde tus amigos?

Le explico que no, que vuelvo enseguida aunque no sé a que volvería tan luego a casa si no tengo nada que hacer acá.

  • Es que desde hace rato que no vas a Viña a ver a Fernando o Rodrigo. Te llamó el Seba. Te va a llevar de vuelta.

Invento una excusa y me paro de la mesa.

Cuando llegué al departamento de tránsito, retiré mi licencia y como un ladrón estudiando el lugar de su próximo golpe, me acerqué como tratando de que nadie me viera al quisco a ver a Daniela: la chica morena de la foto, cuando me di cuenta que nadie estaba sacándose fotos. Me inundó el sentimiento de no poder verla, de que no estaría como el día anterior en la pared, frente a eso fondo azul en esa pequeña ventanita de 4 x 3 centímetros.

Me acerqué con miedo. Como si el encuentro que tanto esperé, de a poco dejaba de ser una realidad.

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miércoles, febrero 14, 2007

Foto Carnet (001)

I - II - III - IV
I – Uno – I

Después de seis horas de espera en el departamento de tránsito me sorprendió encontrarme tranquilo, desplazándome con un paso pausado, casi detenido. Claro que me sorprendía, sólo faltaba sacarme la foto para finalizar el angustioso trámite que me tenía desde las ocho de la mañana haciendo fila y esperando ser llamado por una voz diferente cada vez.

Tal vez mi tranquilidad me la daba mi estatus de estudiante/cesante de vacaciones. Puede ser lo más probable. Si que me senté luego de sacar mi número para ser atendido en el quisco de fotos inserto en el departamento de tránsito de mi ciudad. Otra fila más… ¡Siguiente!

Mientras esperaba mi turno me hipnotizó el mural que tenía el quiosco. ¿Quién serán todas esas personas cuyas fotos están a la vista de todos?

Un abuelo y su nieto, una familia completa con un fondo de bosque falso. Tantas fotos de gente que no es modelo, que de seguro, al tomarse la foto nunca pensó que yo, un perfecto extraño en su mundo estaría estudiándolas mientras esperaba su turno frente al obturador.

¿Cómo llegan esas fotos ahí? ¿Son fotos que nunca fueron reclamadas, que fueron abandonadas? ¿Y por qué hay tantas? Fotos que incluso muestran para que estaban hechas. Si sé que son todas fotos de carnet, pero aquella del gordito tiene pinta de ser para curriculum, y la del pendejo para licencia de conducir.

La foto de ella era algo distinto. Parecía ser de pase escolar o de carnet de biblioteca. El fondo azul como que me descolocaba en verdad, haciéndome dudar de su propósito. Además ella tenía un rostro como para colgarlo en la pared en una fotografía. Las demás fotos eran de gente común, pero ella no parecía gente común. Empezando, salía demasiado bien para ser una foto de carnet. Sus ojos hablaban como diciendo que era feliz o al menos, sabe como serlo. Sus aros son algo extraños, largos, medios indígenas. Su piel tostada ayudaba a sus ojos a encandilar...

  • ¡Siguiente! ¡Número 45!

Me había olvidado que estaba acá para sacarme mi propia foto y no para perderme en alguna olvidada en un mural de un negocio.

Pero había algo en esa foto. Lo más inquietante era que existía una familiaridad al mirarla, como si estuviese mirando la foto de un amiga, de una compañera, de una…

  • Mira al lente sin cerrar los ojos.

Decidí dejar de pensar. Sólo me falta entregar las fotos y podría irme de ahí. Ahora sólo debía esperar que se imprimieran, las cortaran y embolsaran las fotos lo que me dio tiempo de ver la foto nuevamente, aprenderme parte de su nombre. No llegué al punto de aprenderme su rut (esto se estaba poniendo más extraño de lo que pensaba)…

  • Aquí están tus fotos

Mientras le agradecía miraba de reojo a ese fondo azul y a ese rostro inquietantemente familiar.

Al empezar a marcharme casi pronuncio un: Adiós Daniela.

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