domingo, abril 30, 2006

El podcast de las preguntas

Yo no soy una persona de muchos amigos.

Bueno, en realidad tengo muchas conexiones, o como me gusta llamarlas, uniones. Pero existen los conocidos y los amigos.

Un gran amigo que poseo y atesoro es el señor Carlos Hernández, que hace poco se unió en calidad de ciudadano al mundo de los blogs.

La conversaciones que tengo con él las disfruto mucho, y cada vez que nos juntamos, siento que me vuelvo más sabio, por el simple hecho de conversar con él: Siempre aprendo algo nuevo, siempre sacamos en limpio muchas cosas.

Es por eso, que me llevó a proponerle la idea de llevar nuestras conversaciones al ciberespacio, a través de un podcast.

A mi hermano se le ocurrió llamarlo el Podcast de las preguntas, como el libro de Neruda: El libro de las preguntas.

Un título más que indicado para nuestras conversaciones, ya que no tenemos idea de nada, pero no por eso uno se deja de preguntar.

Por eso hoy anda dando vueltas en el aire el primer capítulo de nuestro podcast, donde divagamos sobre el hecho de dejar la casa de nuestros padres y buscar el destino por nuestros propios medios.

Les invito a visitarlo, a bajar el mp3 (ya que aún estamos trabajando en el feed del podcast para que se puedan suscribir a este a través de iTunes o iPodder) para lo cual le pedí ayuda a Huasonic como poder manipular un archivo xml.

Ahora si tu lees esto y sabes como hacer un xml para un podcast, no dudes en contactarme para ayudarme (Plis!)

Así que  la invitación está echa.

Eso es todo.

viernes, abril 21, 2006

Anoche soñé con un león

Paseaba por un campo, como un lugar donde van las familias a vacacionar, con piscinas, salones, etc. todo en un espacio abierto.

Antes había soñado con que tocaba en una banda o estaba en una fiesta. No lo recuerdo y no sé si sea relevante.

Este león tenía una melena y piel pálidas, no blanca si no que un gris pálido (como el color de los cadáveres que muestran en la televisión), todo su cuerpo era de ese color y su melena frondosa como un valle cubierto de hierba jugando al viento.

Cómo buen león era muy engreído y molestaba a un perro que paseaba por ahí tratando de evitarlo. Era algo pequeño el perro, de esos que se sientan contigo a ver la televisión contigo, que se levantan y te siguen cuando tú te levantas y caminas, de esos que no saltan, que sólo mueven la cola para hacerte saber que están felices.

El León saltaba alrededor del perro y este lo ignoraba mientras el engreído león le contaba como podría comérselo muy fácil de sólo un mordisco. Esto se lo decía con un tono grave y rabioso, con ira y muy fuerte.

Yo estaba parado viendo este espectáculo cuando sin más, pierdo el interés y me voy donde se suponían estaban todos, en la gran casona, en el salón principal.

Para ver la casa donde me dirigía tenía que rodear otra casa más pequeña que estaba junto a mí, al león y al perro. Cada vez que daba un paso, tras la casita se divisaba más lejos la gran casona.

Al tener la vista completa de la casona, me di cuenta que mucha gente me hacía señas de que fuera hacia ellos, pero con mucha prisa, con algo de miedo también. Me di cuenta que habían entre las personas que me esperaban, algunos uniformados: carabineros con sus armas desenfundadas, apuntando en mi dirección. Ellos también me hacían señas que yo fuera hacia ellos.

No sé porqué, pero ahí lo entendí todo y me lancé al suelo… los carabineros descargaron unos tiros por sobre mi. En un claro entre disparo y disparo me levanté y comencé mi carrera hacia la casona, pero extrañamente no sentí el piso bajo mío y la distancia que me separaba de la casona se hacía cada vez más grande. Mientras yo zigzagueaba para darles la oportunidad a los carabineros de disparar y de librarme de la persecución, seguía corriendo sin mirar atrás, sin poder mirar atrás, sin poderme atrever a mirar atrás…

Los disparos seguían y al llegar a la casona, un poste tuvo que detenerme, ya que por mis propios medios no lo iba a lograr.

Desperté con un gran dolor de piernas y con las sábanas todas desechas… agitado como si hubiese corrido toda la noche, tratando de escapar de un león pálido el cual nunca supe si había engullido a ese pobre perrito.

jueves, abril 13, 2006

Perfil

Mi (provisoria) jefa siempre habla mal de los informáticos (Llámese a informáticos a personas de las siguientes profesiones o actividades: Programadores, administradores de redes e ingenieros informáticos… y otro que se le parezca).

Siempre habla de cómo le desagrada la forma en que hablan y se expresan. Como ocupan un vocabulario rico en palabras y pobres en significado. Como dicen que saben y cuando no saben, le echan la culpa al usuario o al que el programa “está configurado para que se comporte en la forma que se está comportando en esta determinada situación” a lo cual, mi jefa lee como si fuera algo como “La posta señora, es que no cacho naipe, la wea así funciona no má”.

Por lo general no me gusta hablar o pelar a otros. Trato de mantenerme al margen de tales prácticas, pero ahora que estoy estudiando programación, veo que existe un perfil del estudiante de un tema informático. Y la mayoría tiene la pará de demostrarle al otro lo mucho que sabe, mucho más que todos.

Así, las clases se van en un tratar de terminar la oración del profe, demostrando así lo mucho que conocen; o listar todos los nombres relacionados con sistemas informáticos o de lenguajes de programación de los cuales conocen, sólo para demostrar lo mucho que saben, etc.

Si a esto le agregamos que nos enseña un profe que tiene los mismos complejos que sus alumnos (pero que ha tenido tiempo de desarrollarlos) nos enseña, entonces, el perfil del alumno de programación se ve maravillado con esta imagen y al terminar la clase piensan… “Yo quiero llegar a ser como él”.

Lo triste es que aún no se habla de “equipo de trabajo”, o que en verdad eso del “Diseño de la página” en verdad no le compete al programador (Aunque debe conocer ese aspecto). Y se habla de desarrollo, de implementación, de problemas, de costos. Se habla del “Bolsillo del cliente”, pero no del cliente como tal, como fuente de información, como gestor de los proyectos que se puedan desarrollar.

¿Y el usuario?

Bueno, aún no me presentan al usuario. En un ramo de desarrollo de páginas web nos hablaron del “Lector” y de la “Audiencia”, Como si una web fuera un libro o un programa de televisión…

Claro, que no son todos.. por supuesto… pero en este mundo la mayoría manda… y los pocos aún no encuntran los espacios para destacarse, porque sus pares no saben que se está destacando... :S

lunes, abril 10, 2006

Como en casa

Así no más po’.

Como que todo era natural, como que la cuestión iba siendo así desde hace años. Como andar en bicicleta o hacer el amor. Como que las caras ya no eran las caras que yo sabía que eran y se volvían imágenes de gente desconocida a la cual nunca había visto, pero a las cuales les hablaba con la confianza robusta de amigos de básica.

Y si, es verdad, a veces logré sentirme solo, que sólo era yo. Pero en el mismo momento en que lograba sentirme solo reconocía la verdadera verdad. Es que los tres nos volvimos uno. Entre tanto sudor y adrenalina, entre las manos frías cuando comenzamos, entre las sonrisas cómplices entre una y otra maniobra sentí que no era yo el que estaba solo, si no que era simplemente uno con ellos.

A duo

Y así sentí que somos una banda, una de esas que son buenas, pero que aún no nos damos cuenta. Una de esas que vive para aprender y mejorar.

El local se me hizo pequeño y como en ninguna otra tocata me sentí tan en mi elemento, tan en mi onda. Conversando con mis compañeros, con mis Judeanos sólo con nuestros instrumentos…

Que buena, que buena cuando las caras algo aburridas de una parte del publico comenzaba a golpetear las mesas siguiendo casi clandestinamente el ritmo de alguna canción que no conocían… Que buena cuando esa mirada abúlica se transformó con las sílabas de una canción de Judas y que casi se convirtieron en un grito ensordecedor cuando el coro se dejó explotar.

Que gente cante tus canciones es algo, pero gente que no es del contexto comience a tararear… simplemente wow!

Pronto más… mientras tanto mira acá.

martes, abril 04, 2006

Espejos

Desde tiempos que el hombre no ha sabido contar, nuestro propio reflejo has sido causa de fascinación a la ignorancia de los primeros habitantes de este mundo; significó la muerte de Narciso y es un magneto para las nuevas jovencitas (ya que jovencitas ha habido muchas) cada vez que se pasean por delante de los cristales de los bancos, farmacias o vitrinas de nuestros queridos/odiados malls.

Yo también era esclavo de mi reflejo, pero ahora que recuerdo, en realidad no era súbdito de mi reflejo como un todo, era esclavo del reflejo de mi pelo o de mis dientes o de mi torso… pero no de todo mi reflejo.

Mi amistad con los espejos fue como la amistad de cualquier mortal con sus espejos, pero el hecho de ver mi reflejo en sus ojos fue lo que cambió la noción que tenía de reflejo

Luego de ver mi cuerpo, mi superficie, comencé a ver más allá de mi mismo reflejo y comencé a descubrir mis profundidades. En sus ojos vi mis ojos en sus ojos y me vi a mi extrapolado de mi materia y comencé a ver mis juicios, mi compasión, mi ternura, mis ganas, mis motivaciones, mi propio yo dentro de mi propio mi.

Y toda esta imagen no lograba separarse de la imagen de ella proyectaba en mi: mi propio reflejo (Ya ahora como un todo).

Y así, nuestra comunión no pudo estar más desnuda frente a mis ojos.

Enfrentarse con uno mismo, con el verdadero yo, el cual nunca esperé que existiera de esa forma fue algo que no logro describir hasta la fecha. Vi todo lo que no quise ser y era yo; vi todo lo que odiaba con mi cara y mi voz y sentí el sonido de todo lo que está mal en mi mundo saliendo de mis manos.

De esa manera también la vi a ella, entregada y yo me vi a medias; la vi con los ojos cerrados y me vi soñando despierto, me vi indigno en sus labios de sol naciendo en el este, ensuciando sus manos vestidas de cielo.

Pensé que era y no era, que verdad más desconcertante fue lo que me entregaron sus espejos una vez que no estuve durmiendo.

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