martes, octubre 27, 2009

El ascensor

Al levantarse, él se toma el pecho para ver si sigue ahí. Dice que sin su talismán se siente desnudo, que sin él, no se atrevería a salir a la calle. Cada vez que está nervioso o cada vez que está en paz se toca su talismán que cae de su cuello para, si está nervioso, encontrar algo de paz; y si ya está en paz, darle gracias.

El se levanta a las 7.50hrs, almuerza a las 13.30 y todos los sábados lava su ropa.

Ella, cuando le dan ganas, saca su disco favorito. Lo trata con sumo cuidado: es casi una ceremonia insertar el compact disc en el equipo. Una vez que pone play se pierde entre jerga argentina y versos españoles. Ella sólo cierra los ojos y sonríe feliz. Cuando está satisfecha, toma su disco y lo deja en la discoteca de su casa (que está ordenada alfabéticamente) donde permaneserá ahí días, semanas y hasta meses hasta que ella lo vuelva a sacar cuando tenga ganas.

Ella duerme cuando tiene sueño, almuerza cuando tiene hambre y lava la ropa cuando está sucia.

Ellos viven en el mismo edificio: Cuando ella baja del ascensor, él recién se va subiendo.

Rumbo Perdido fue diseñado a mano por José Daniel Ayala.
Feed gracias a Feedburner, gestión de contenidos gracias a Blogger.
( cc ) Algunos derechos reservados, 2007