Aferrado a una cintura
Desde el fin de semana pasado que estoy pegado con el concepto “cintura”. Claro, no cualquier cintura, si no la cintura de una mujer, de la mujer, no importando quien sea esta.
No sé por qué, pero luego de mi tocata este pensamiento se me viene una y otra vez a la cabeza. Incluso, he soñado que he estado en peligro de muerte y que me he salvado simplemente aferrándome a una cintura femenina.
Como que la onda va en todo lo que encierra (al menos para mi) ese trozo de anatomía humana, porque la cintura por si sola no es atractiva ni llama la atención, si no su repercusión en otras partes de la mujer: caderas, vientre, tórax, espalda. Por que, en verdad, la cintura no existe, son sólo trozos de otras partes a la cual llamamos cintura.
Y entonces ¿Por qué diablos me he, casi, obsesionado con la idea?
Tal vez, luego de la tocata me hizo falta una de estas para aferrárme a ella, o simplemente me siguen fascinando las mujeres y una de las cosas que me fascinan (además de que sean ñoñitas, la inteligencia de algunas y el pelo el cual tendrá su propio post si sigo así) es la cintura.
No sé… tenía que escribir algo de esto a ver si esta sensación mengüaba un poco, pero ahora que lo pienso, al terminar estas palabras, tengo mucho más ganas de abrazar una cintura ahora que antes.
Gajes del oficio
1 comentario:
"abrazado a tu cintura, todo parece una fiesta" dijo el poeta
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