Foto Carnet (002)
I - II - III - IV
II – Dos – II
Me dormí con la imagen en la mente.
El día fue normal. Imagínense a un cesante sin ganas de dejar de serlo, imagínense el día de ese cesante. Bueno, así fue mi día.
Regresé al día siguiente a recoger mi documento a las 16.00 Hrs.
Uno se encuentra con gente en los lugares más inesperados, pero en verdad no me interesa relatar esos hechos. Aunque mientras más lo pienso, más enfermo lo encuentro: tuve que ir a ver de nuevo la fotografía de esa mujer al quisco de fotos.
Claro, tenía que ir. Fue lo último en que pensé anoche y mientras desayunaba comencé a divagar que vida llevaría Daniela. Que tenía cara de ser hermana menor, lo cual me hacía pensar que era la hermana mayor. Por una extraña razón, las hermanas mayores de hombres siempre parecen ser las hermanas menores, no así las hermanas mayores de hermanas que si parecen ser las hermanas mayores.
Mientras imaginaba la vida de esta desconocida imagen no sorteaba entre opciones la que podría ser más correcta. Simplemente las ideas se me aparecían en la mente, así de simple, como hechos: Es la hermana mayor de un hermano cargante, pero simpático. Vive con sus padres, no le teme a la tecnología aunque no se mete mucho con eso ya que es más proclive a lo natural y artesa. No se molesta con facilidad pues que la vida con su hermano ha curtido su paciencia.
No se hace más preguntas de lo necesario y a una primera vista aparenta ser una mujer superficial, pero no es así ya que simplemente no se hace problemas con nada que no valga la pena.
Mientras construía el perfil de la mujer de la fotografía raramente mi madre advierte que mi cuerpo está en la mesa pero mi mente se ha ido a otro lugar.
- ¿Ya sacaste la licencia?
Le explico que debo ir esta tarde y trato de conversarle un poco, pero me distrae el pensamiento de que hoy veré a la fotografía de esa mujer y no puedo dejar de hacer una mueca de desagrado al darme cuenta lo extraño que sonó eso.
- ¿Luego vas a ir a Viña, donde tus amigos?
Le explico que no, que vuelvo enseguida aunque no sé a que volvería tan luego a casa si no tengo nada que hacer acá.
- Es que desde hace rato que no vas a Viña a ver a Fernando o Rodrigo. Te llamó el Seba. Te va a llevar de vuelta.
Invento una excusa y me paro de la mesa.
Cuando llegué al departamento de tránsito, retiré mi licencia y como un ladrón estudiando el lugar de su próximo golpe, me acerqué como tratando de que nadie me viera al quisco a ver a Daniela: la chica morena de la foto, cuando me di cuenta que nadie estaba sacándose fotos. Me inundó el sentimiento de no poder verla, de que no estaría como el día anterior en la pared, frente a eso fondo azul en esa pequeña ventanita de 4 x 3 centímetros.
Me acerqué con miedo. Como si el encuentro que tanto esperé, de a poco dejaba de ser una realidad.
2 comentarios:
buena narracion, mas encima, le sigues aplicando el suspenso. Como que me esta gustando para ...
Pero que bueno que está...
Me pone nerviiiosa!! jaja
Saludos sauce
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