martes, marzo 07, 2006

El Hospital y sus camas.

En la mayoría de los hospitales los pacientes son asignados a sus camas, llevados por enfermeros en camillas. Se llena un formulario y se le llama hospitalizados. Son acostados en camas A-2, 16-1, sala 1, etc. Por una forma de mantener un orden dicen.

En el hospital donde trabajo han decidido olvidar ese sistema alfanumérico y implementar un nuevo sistema que promete revolucionar toda la organización hospitalaria cerrada.

Lo novedoso de este sistema es que nadie lo ideó a propósito. Al contrario, fue el día a día, el anotar ingresos y altas, que los funcionarios comenzaron a darse cuenta que los pacientes no eran hospitalizados según la disponibilidad de camas, si no que dentro del azar de la hospitalización, se escondía un orden que de a poco comenzaba a mostrarse…

Era como si la cama 16-8 exigiera tener en ella sólo a Eduardos. Rechazando así a los Jorges, Mauricios, Julios y Felipes. La 11-9 sólo recibe Belarminas y a veces se queja con las técnicos de servicio que tiene mucho más trabajo de lo que pensaba.

Existen camas que son más versátiles y comenzaron a recibir a diferentes nombres, pero respetando ciertos criterios. La cama 35-8 sólo recibe nombres extranjeros, mal o bien escritos como Jons, Maicols, Poles y Yudit. Pero también a los Micheal, Judith, Etc. Estas camas son las que me can más bien.

Las enfermeras están felices ya que así se acostumbraron a llamar al paciente de la 18-9 Juan sin temor a equivocarse.

Los doctores no les importó la implementación de este sistema ya que ellos usan un sistema totalmente diferente. Ni si quiera usan el número de la cama, ellos llaman a sus pacientes como sus padecimientos, con siglas y todo. Entonces, de esa forma, la señora de la 10-10 para ellos ni siquiera es María, si no que es el Pie Diabético y la del lado es una ICC con EPOC. (Sistema no muy famoso entre nosotros los administrativos)

Lamentablemente gracias a este sistema hay una cama que no será ocupada muy seguido. Se le metió la idea de recibir sólo al Eduardo Figueroa, a él y nada más que él.

La cama sigue vacía mientras las otras conversan a sus espaldas lo poco práctico que es esperar a alguien con nombre y apellido y critican sus sábanas y sus frazadas al igual que los funcionarios se critican entre ellos.

1 comentario:

Unknown dijo...

Todo tan estricto,ordenado a lo militar...por estos lados el enfermo es enfermo y no lo diferencia su clase social,puedes estar en la misma pieza con un ministro,profesor de Universidad,Barrendero.Gracias a Dios no he caído tan grave a la posta u hospital,pero si he visitado gente y en esas pequeñas cosas esta la diferencia.

Un fuerte abrazo y de paso dale mis saludos y cariños a Valparaíso si vas al puerto.Felicitaciones por este blog y los otros.

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