lunes, septiembre 18, 2006

La ignorancia es una bendición

Me encontré sentado nuevamente frente al televisor, justo pescando el comienzo de una película.

Usualmente no tiendo a ver películas que no sé nada de ellas, creo que es un vestigio de lo prejuicioso que no quiero ser, pero que no puedo controlar.

La entrada era bastante interesante si que me enganché.

Si quieres saber más de la película, esta se llamaba Code 46, es protagonizada por Tim Robbins y tiene una escena de un bar/karaoke donde sale el cantante de The Clash cantando la versión de Karaoke de la canción "Should I Stay or Should I Go?" de la misma agrupación.

Pero bueno, en una de los diálogos, la co protagonista, Samantha Morton, Agatha en Minority Report, hace un pequeño monologo sobre que pasaría si supieramos en avanzado las consecuencias de nuestros actos, tomaríamos las mismas decisiones, llevaríamos a cabo nuestros actos, sabiendo antemano su resultado.

Me detuve a pensar sobre un rato.

Toda la gente va huyendo del dolor, buscando estar bien (cómo si ese concepto existiese por periodos prolongados, casi imperecedero) rehuyendo los golpes…

Ahora si supiéramos de antemano que girando a la derecha en esa esquina se nos caerá el mundo encima o si seguimos derecho en verdad nada pasará… la mayoría de la gente, me da la impresión que simplemente elegiría el camino menos pedregoso y más llano.

Mucho tiempo pensé lo mismo.

A veces deseé no haber conocido a ciertas personas, haber cambiado algunas decisiones, no haber besado a esa mujer en particular o haber ido en busca de lo que dejé ir, pero ya no lo siento así.

Tomo como ejemplo una pareja que por un engaño se separa. El engañado puede desear no haber conocido al engañador, pero si no lo hubiese conocido todos los momentos buenos se esfumarían, no sabrían que es lo que ser padres, etc…

Mirando atrás en verdad deseé no haber hecho daño como lo hice y no haber sufrido tanto como me hicieron sufrir, pero luego me acuerdo de todas esas pequeñas cosas, de esas que me hacían estar bien (como en verdad es el concepto, un momento tras otro momento, tan efímero, tan fugaz...)

A veces, aún recordando me encuentro sonriendo gracias a esos recuerdos…

Y ahí está toda la magia, el no saber cual es el final…

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