Rubén Fontana en el artículo aparecido en la web foroAlfa “de signos y de siglos” nos habla de la extensa evolución de la escritura y se cuestiona el futuro de la palabra escrita como registro del habla.
Hay un par de frases en el artículo que me sembró dudas con un tema diferente al diseño de tipos. ¿Por qué, desde el principio, tenemos la necesidad de registrar la palabra hablada?
Bien nos dice el artículo que los fenicios, un pueblo comerciante con una gran red de relaciones con “extranjeros” materializó esta necesidad de registro del habla por su gran número de transacciones económicas. Las uniones con otros pueblos llevaron a los fenicios a desarrollar una escritura que ayudara a controlar estos intercambios comerciales. Estas relaciones potenciaron el desarrollo de la escritura.
Pero en el día de hoy, en la blogosfera, más allá si José Miguel Villouta fuera quién destapara esta tecnología al mundo o no, no puedo evitar preguntarme ¿Qué es lo que nos hace escribir estas páginas?
No puedo dejar de asombrarme por el hecho de que algo que tomara tantos siglos en desarrollarse sea el vehículo de nuestros sueños, recuentos de acciones y opiniones basadas en nuestra visión del mundos que ponemos, gracias a este vehículo, a disposición de todos y de nadie.
El intercambio con los fenicios propició la escritura, o la estandarización de esta. Hoy es la escritura la que nos permite este intercambio. La forma en que los blogs manejan la respuesta inmediata, amable o ruda, es el atractivo principal de las personas que nos sentamos a escribir.
Es una teoría ya probada y re-probada, la búsqueda de vínculos, en este caso, hipervínculos entre personas como la razón principal de sentarnos a escribir y exponernos en esta vitrina.
Más que eso, es de mi parecer, que tenemos una tendencia a buscar la inmortalidad. Trascender y así, doblarle la mano a la muerte y nuestra propia mortalidad es la que nos hace dejar huellas en todo nuestro ambiente. Ya en la película “El Naufrago” el personaje de Tom Hanks registra su vida en las paredes de una cueva en una solitaria isla. Escribe un epitafio al sepultar al piloto del avión de Fedex y se esmera en establecer que fue padre y esposo, deja así un pequeño registro de lo que fue en vida.
Es que si lo pensamos cuidadosamente, nuestra vida es bastante insignificante y buscamos formas de trascender. En esta época individualista que Chile está cursando, no logramos ver las conexiones que tenemos todos con todos: Los hijos como proyección de nosotros mismos, heredarle nuestros equipos de futbol, etc. Buscamos congelar de alguna manera los acontecimientos.
El jueves me sacaron la muelo del juicio del lado derecho. Fue una experiencia de trauma físico, de mucho dolor e incomodidad, pero no logro no pensar que ahora que es Domingo el dolor no fue tanto. Y así como las cosas malas pasan, aunque se demoren, los momentos que quisiéramos vivir a cada minuto también caducan de la misma forma.
El contacto con uno mismo tanto como con otros resulta una de las mayores motivaciones a sentarnos a escribir estos diarios de acontecimientos de nosotros mismos. Unos se complican menos con fotos, otros que pueden lo hacen a través de la escritura. Es para mí el por qué escribimos hoy un blog.
¿O qué sé yo? No soy un antropólogo, sólo soy un diseñador que terminó de leer un artículo sobre la evolución de la escritura.