De vuelta al Hospital
Y no fue tan así la cosa. Me llamaron el martes en la mañana a trabajar. La persona a quién iba a reemplazar en Diciembre se fue con licencia si que, a las ocho de la mañana me llamó mi nueva jefa diciéndome que me presentara en el hospital para empezar ahora, ya!; cosa que por un lado mi bolsillo celebrará en Diciembre, cuando me paguen, pero que mi corazón lamentó ya que, en vista del inminente tiempo libre que iba a tener en Noviembre, concertamos con Prozac ensayos con Judas martes y sábados, los cuales se tuvieron que correr... de forma lamentable, por supuesto.
Me pasaron tantas cosas en la semana en el hospital: desde femeninas pacientes aplaudiendo cuando entraba a la sala; un caballero impresionado por ver a un “Doctor tan joven” y hasta un técnico paramédico dándoselas de encachao’ con su servidor... pero estoy tan cansado, que no voy a entrar en detalles. Tanto codificar enfermedades me tiene un poco mareado, que es lo único malo de la pega, la rutina de la tarde. La mañana vuela mientras la tarde se detiene por mucho, mucho tiempo.
El pasado me ha andado persiguiendo estos días. Se deja ver y se esconde, me llama y no me responde... si me conocieran bien dirían: “¿Y qué novedad es esa?” y yo, no conociéndolos, les digo... qué que le voy a hacer...
Esta cardiopatía termina Acá.
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