José Mario Figueroa nació en Viña del Mar, el 25 de agosto del 1933.
El es mi abuelo, termino que no aprueba de buena gana, por una sana vanidad, por lo cual todos le llamamos
TATA. Mi tata es muy callado, generalmente, muy para sus adentros, pero tiene una sonrisa y una mente maravillosa: sus historias, cuando me las relata, me hacen sentir que retrocedo en el tiempo y me vuelvo uno más en su historia. Es un hombre sencillo, con todo lo que esto significa. humilde y chispiante. Con un humor demasiado rápido, muy sencillamente clever.
Este hombre es quién me sacaba a pasear en su recorrido de micro, línea 14, en la máquina número
378 (por lo cual mi guitarra fue bautizada con ese número); fue aquél que me malcriaba dándome a la hora de almuerzo papas fritas en cucurucho porque no me apetecía el menú de la casa de mi abuela, que fue mi casa por muchos años. Fui su compañero por muchos años mientras íbamos a comprar a la feria del barrio, arreglar la micro. Era quién me iba a dejar y a buscar a la escuela básica San Pío X.
El estudió la escuela 28 y recomendado por sus profesores logró un trabajo en el antiguo teatro Metroval (ahora Hoyts de Valparaíso) como letrista de carteles. Por lo cual ingresó al Liceo Nocturno, ubicado en avenida Argentina.
Este artesano por naturaleza, tallaba en aluminio o en bronce pequeños martillos para regalarlos como llaveros. Caricaturista, algo dejado, se hacía feliz leyendo rigurosamente
Condorito, llegando a tener kilos y kilos de esas revistas (que fueron mi primera lectura desde niño).
No recuerdo cuando se volció conductor. Primero de troles, luegos de las máquinas Pegaso, para después guiar el destino de la Mercedes 386, máquinas estatales que compró Frei y que se entregaron en el gobierno de Allende, momento donde mi tata estrechó la mano del presidente de esos momentos. Máquina que se usó como camión para trasladar víveres tanto en el gobierno de la Up como después del 73'.
Hombre que fue arrestado por alcance de nombre en el gobierno militar. Una semana de golpes y de hambre. Cuan me cuenta esta historia nunca noto una gota de resentimiento o deseo de venganza lo cual siempre me sorprende. Hombre sin color político, sin credo definido. Creo que no se cuestiona mucho las cosas. Creo que le es suficiente con las sonrisas que le saca a cada uno de sus nietos.
Luego, conductor vitalicio de la línea Central Placeres. Hoy, hombre jubilado amado por muchos, estimado por cientos.
No hay quién pase por su lado sin saludarlo.
Llegó a mi vida mucho antes de siquiera nacer. Mi madre, aún siendo una niña, con dos hermanos mayores, perdió a su padre en una de esas vueltas del destino. Fue uno de esos casos de: “Voy y vuelvo”... y que nunca regresó.
Al tiempo, mi Tata llega a nuestras vidas. Se hace cargo de tres hijos ajenos, los cuales cuida con mayor esmero.
50 años han pasado desde ese entonces.
Por mis venas no pasa ni una pizca de material Figueroa, pero aún así, este hombre fue mi mejor amigo durante toda mi infancia, y que hoy, estoy tratando de volver a conocer, a saber más de él y no concentrarnos tanto en mí.
Me encantan sus historias y trataré de contarles algunas por este medio.
Sinceramente me encantaría llamarme José Daniel Ayala Figueroa, pero me conformo con ser el nieto de Don Pepe... Mi
verdadero Abuelo.
Te amo Tata!
4 comentarios:
Con mi tata la historia es muy parecida.. Supongo que los abuelos le permiten a sus nietos todo lo que no lo hicieron con sus hijos.. Soy su "niña mimada" ajaja, la nieta mayor de la que tiene mil videos caseros..Lo adoro..
Me vuelven pasajes de mi historia con él por tu post...
Tampoco tengo una pizca de su sangre.. es todo cosa de sentimientos..
OHH me emocioné-- HERMOSO post.
que historia más linda, de verdad, me dio pena, porq yo no alcancé a conocer a mis abuelos, bueno sólo a uno me hubiese gustado conocer, porq el otro (el abuelo materno) también desapareció sin dar explicaciones, ni mi mamá tiene recuerdos de él.
Saludos! (toy posteando como loca, aprovechando q me vine dos días a Calama)
Pd: no bajé Google Talk, porq me acabo de percatar que mi microfono murió.
No tengo ningún abuelo vivo. Mi último abuelo murió hace diez años, y yo era chica para disfrutarlo todavía. Amo a los abuelos, me encantan, me gusta su tranquilidad de domingo feriado. Su sabiduría, su sencillez, su ternura. Me enamoro de ellos por la calle, en las consultas médicas, en los parques.
Amo su dignidad de domingo feriado.
Hermosa tu historia Judas, me tocaste una de mis fibras más sensibles, y de la mejor forma.
Dile a Don José (además que me encanta ese nombre), que le mando mis más cariñosos saludos.
Abrazos para ti también.
Shidi !
wooww ...que gran relato ...
Espero que cumplas tu palabras y plasmes en estas paginas los relatosmde tu Tata ...
Se leeran con gusto ...
Y saludos a Don Pepe que es un encanto .
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