domingo, julio 16, 2006

Gabriela y Consuelo

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Gabriela se llama los 3 kilos con 360 gramos y 50 cm de piel rosada y ternura condensada que representan a mi nueva sobrina.

Junto a su madre que está más contenta que perrito con dos colas, Gabriela llegó luego de años de incomoda tristeza y larga nostalgia.

Es que a mi hermana no le es fácil tener bebés, pero sus ganas de ser madres siempre han sido enormes. Su primer embarazo duró sólo tres meses, el segundo duró 8 meses, con un bebé que tenía pulmones insuficientes para respirar. Murió a las dos horas de nacida, se llamaba Consuelo y hoy descansa en el parque del recuerdo.

Acá me detendré un poco en la historia. Sin querer parecer rudo o cruel, yo ha consuelo nunca la conocí, y siento que ella no logró ser mi sobrina. Siento como si no hubiese existido. Por supuesto para mi es diferente ya que mi hermana la llevó en su vientre por 8 meses y junto a su pareja, Marcos, vivieron esos meses ilusionados con su hija. Pero yo soy el tío, ese medio distante, medio frío, medio pragmático. Nunca le vi la cara o sentí su llanto, por lo cual no veo motivo para ir a dejarle una flor a una tumba con su nombre.

Para Daniela y Marcos, Gabriela es su segunda hija. Claro que si.

Con Gabriela me pasó algo parecido con Consuelo. Al nacer sólo la vi, al pasar, no le vi el rostro (a pesar que sigo creyendo que todos los bebes en los primeros días son iguales) no pude hacer la conexión inmediatamente, esa conexión de que era la hija de mi hermana, ¡Qué era mi sobrina! Mi vieja, como buena abuela, lloró al verla, la emoción y todo. Debo confesar que para mí, como que no decantaba mucho lo que estaba sucediendo. Claro, no podía obviar la mano temblorosa y la risa nerviosa del nuevo padre cada vez que me miraba como avisándome que quería gritar de la felicidad.

Sinceramente, hasta ese momento, yo sentía que aún no tenía sobrina. Me sucedió como a Consuelo.

Pero ayer, después del ensayo de Judas y de las conversaciones con mi hermano, me fui al hospital a ver a mi hermana y conocer a mi sobrina. Claro, ahora que ella tiene un rostro, sé como se ve, como mama, como llora, para mi dejó de ser Gabriela: el concepto de ella, si no que ahora es Gabriela: mi sobrinita.

Claro, ahora la baba me chorrea y no puedo creer lo estúpida de mi cara cuando veo a Gabriela mover sus piernas y ejercitar esa garganta. Ahora es cuando la noticia ha decantado.

Sólo espero que Consuelo, desde el cielo se acuerde de su hermanita, que la cuide y ayude a sus padres a tomar las mejores decisiones para con Gabriela y haga que Gabriela no llore mucho por las noches ya que pronto será mi vecina.

4 comentarios:

hetsah dijo...

mi madre perdió 3 bebés...o quizás fueron 4
no lo recuerdo

cuando era pequeñita pensaba q mi madre siempre estaba embarazada, y ella trataba y trataba...

no sé si tengo 5 hermanos, o sólo mi hermana menor
nunca lo había pensado

ElKine dijo...

igual ya sabia esto de que eras tio. Y no esta de mas volver a felicitar a los felices padres y al dichoso tio que ahora debe estar muy dichoso.

Saludos hermano

Anónimo dijo...

Enhorabuena,es una monada!!! Cuidala mucho.Besitos

Red dijo...

Felicitaciones!! Hermosa bebé!! Ahora estaras más chocho que antes jejeje

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