La mente que ya no me pertence
Me enseñaron una técnica de relajación que pretende hacerme más fácil la simple tarea de ir a dormir.
Se trata de contar de uno a diez todas las veces necesarias hasta conciliar el sueño. Creo que es para desviar la mente de cualquier preocupación o pensamiento que te altere y te concentres en contar… en respirar y contar.
Para mi la cosa no fue tan fácil. De hecho al final no fue, pero me estoy adelantando mucho a los hechos.
Me acosté de espaldas, siguiendo los consejos de mi amiga, contando de uno a diez, una y otra vez. Y ahí empezamos mal. Lo primero que me perturbó fue que la voz que contaba uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez… era una voz femenina, desganada. Algo totalmente desconcertante ya que me concentré en cambiar esa voz por la mía… cosa que no pude hacer.
Eso me pasa a veces (más de la que quisiera), el hecho de que mi mente se me arranqué y sienta que en mi vive otra persona que piensa otras cosas.
Para la 10ma vez que repetía la secuencia, ya estaba ido completamente en una vorágine de pensamientos: un pelao reclamando algo de una fila de un banco, pantallazos de código de matriz (¿WTF?!!!), una voz femenina contando y contando, dolor de cuello, mi frustración por no poder hacer orden en un lugar que “se supone” mando yo… horrible.
Si que me rendí a la cuenta, a dormir de espalda (yo duermo de lado) y a tratar de generar silencio.
No recuerdo cuando me dormí, pero cuando lo hice, la fiesta estaba recién comenzando.
1 comentario:
jajajjajajajajajjajajajajjaja
gozate la voz!
pregúntale cosas, insultala y duermete
jaja
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