Hechos y la vida sigue su curso
Un muchacho se sube atrasado a la micro alternativa para llegar a casa.
Ya son un cuarto para las 11 PM.
Tres ladrones ocupan sus lugares en la micro, es otra noche más de trabajo.
Un chofer descubre que el conductor que comparte su micro estropeó un accesorio de la máquina.
Una jovencita se queja de no tener asiento y le duelen las piernas.
A una señora le cuesta subirse y extraña la agilidad que tenía cuando joven.
El muchacho atrasado cede su asiento a la señora, mientras dos de los ladrones que están sentados al final de la micro, desocupan un asiento para que se siente la muchacha adolorida, entre ellos.
El muchacho se da cuenta de que ocurre: rabia. Hay que bajarse de la micro: después de la muchacha adolorida seguiría él…
Otro joven mientras llega tarde a su casa pero nadie pregunta por qué demoró.
Una futura madre se entera que su amiga que iba a ser madre ha muerto en el parto desangrada y que se desconoce la condición del bebé. Lágrimas y miedos. Otra madre besa a su hijo como para compensar el hecho de que no sabe que está sucediendo. El hijo le sonríe como para no hacerle sentir el dolo que está sintiendo.
Un padre da vueltas y vueltas.
Un marido no le puede hacer el amor a su señora, pero juntos se sonríen frente a la gente para no levantar sospecha.
Un perro mueve la cola para recibir comida.
Se sabe que está mal pero nadie parece saber arreglarlo.
“No sé, en verdad no sé”
Con el dinero que consiguió al vender el celular de la muchacha adolorida, un ladrón compra un loto para dejar de robar alguna vez en su vida.
Un muchacho canta una melodía, una madre consuela a su hija que va a ser madre y la esperanza es restituida.
La vida da otra vuelta otra vez… Nos mira con desinterés. “ No me detengo ni por ti ni por nadie”.
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